martes, 6 de diciembre de 2016

LECTURAS DEL LIBRO DE RUT.

a) Como relato entretenido, bien contado, de grata ingenuidad. Pero no cmo relato de amor: el tema amoroso es en el AT tema de la lírica más que de la narrativa. Es un relato edificante sobre fondo legal, que exalta virtudes humanas: espíritu de sacrificio, laboriosidad, solidaridad. No hay buenos y malos. Los hay menos buenos para que otros se muestren más buenos. Hay pobres y ricos que conviven sin estridencias.

b) Lectura davídica. Belén era la patria de David (no Jerusalén; cfr. Miq 5,1), Judá su tribu. En Moab se refugió la familia de David, cuando andaba huido (1 Sm 22,3-4). Aunque David nunca lleva el título de goel, es oficio que compete al rey ideal, según Sal 72,12-14. ¿No está Boaz prefigurando la misión del rey davídico? La bendición de los concejales (4,11-12) exalta la dinastía davídica: tan importante como cualquiera de las tribus, como todas juntas, es la Casa de David, digna correspondencia de la Casa de Israel. La genealogía al final del libro subraya esta lectura.

Esto vale para una lectura histórica y para una escatología de la dinastía davídica.

c) Lectura simbólica. El relato está lleno de valencias simbólicas. El símbolo comporta un superávit de sentido, no es un sentido alternativo. En cuanto valencia, no se puede afirmar que el autor la haya actualizado. Las más notables son: la relación mujer - tierra, la mujer como representante de la comunidad.

Las valencias quedan depositadas y disponibles en el texto, y le permiten desprenderse de su contexto original y trasladarse a nuevos contextos.

d) Parábola del destierro y la repatriación. Se apoya en el esquema: emigración a Moab - vuelta a Belén. Tiene en cuenta textos de las Lamentaciones y de Is 40-66:

Se ha quedado viuda la primera de las naciones (Lam 1,1). Judá marchó al destierro... hoy habita entre gentiles (1,3). La ciudad de Sión ha perdido toda su hermosura (1,6). Se me revuelve dentro el corazón de tanta amargura (1,20). Pero tú, Señor, eres rey por siempre (5,19).

Uso simbólico de la viuda desterrada, que pierde su hermosura y sufre su amargura. En el libro de Rut no se habla de pecado ni de enemigo exterior.

Is 54,4 No temas, no tendrás que avergonzarte...
            ya no recordarás la afrenta de tu viudez.

51,18  Entre los hijos que crió
           no hay quien la lleve de la mano

49,21  Tú dices: ¿Quién me engendró a éstos?
           Yo, sin hijos y estéril, ¿quiénlos ha criado?

56,3.8  (incorporación del extranjero)

57,13 Quien se refugia en mí tendrá una heredad en el país

55,3-5  Un pueblo que no te conocía (a David)
            correrá hacia ti, por el Señor tu Dios.

En el mundo espiritual del destierro inminente (Jeremías), o consumado (Lamentaciones), y del retorno, encaja bien el relato de Rut. Lo cual no prueba que sean contemporáneos. Noemí podría representar a la comunidad judía: antes madre fecunda, ahora viuda y sin hijos; anteshermosa y feliz, ahora desgraciada, desterrada y volviendo vacía; y con todo, puede esperar un futuro dichoso de fecundidad en su tierra.

e) Lectura escatológica. Se repite el esquema básico de destierro o diáspora y retorno, de vacío y plenitud. La mujer personifica a la comunidad; la esperanza se proyecta hacia el futuro indefinido. Todavía el pueblo escogido, la comunidad del Señor, es fecunda. Todavía la tierra dará sus frutos. Todavía esperamos al nuevo David, que entronca con Jesé y hunde sus raíces en Belén de Judá. Incluso paganos se incorporarán al pueblo, testigo y misionero del Señor. Estos tiempos presentes son como una nueva época de los Jueces, prólogo de la monarquía. Y, aunque no tenemos rey, seguimos pronunciando un nombre, Elimelec = Mi Dios es rey.

De ahí es fácil el salto a la escatología realizada: Belén patria de Jesús, el Mesías. Así lo ha visto la liturgia, los Santos Padres, nuestros autos sacramentales y algunos poetas modernos.

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